"Los mitos son las almas de nuestras acciones y nuestros amores. No podemos amar más de lo que creemos". Paul Valéry

viernes, 18 de abril de 2014

LA LEYENDA DE LA PRINCESA LORO JONGGRANG

La isla de Java estaba compuesta por dos reinos hindúes: Pengging, un reino próspero gobernado por Prabu Damar y su hijo Raden Bandung Bondowoso, y Kraton Boko, un reino en cuya cabeza se encontraba el cruel gigante Prabu Boko, aconsejado por su ministro Patih Gupolo, que también era un gigante. Pese a su condición de gigante, Prabu Boko tenía una bellísima hija llamada Loro Jonggrang.

Prabu Boko solo tenía una ambición; hacerse con el control de la isla de Java, para lo cual debía derrotar al reino de Pengging. Para conseguir su propósito, el rey decidió organizar un ejército civil al cual adiestró y aprovisionó para la batalla. Cuando todo estuvo listo, Prabu Boko y su ejército partieron hacia el reino de Pengging, donde comenzó una cruenta guerra.

El buen Prabu Damar, viendo el sufrimiento de su pueblo, decidió enviar a su hijo (que contaba con poderes especiales) para que presentara batalla a Prabu Boko. La lucha fue encarnizada y finalmente Raden Bandung Bondowoso se alzó con la victoria.

Al ver lo sucedido, Patih Gupolo huyó del campo de batalla y una vez de vuelta en Kraton Boko, informó a la princesa Loro de la muerte de su padre a manos de Raden Bandung Bondowoso, quien había hecho avanzar a su ejército hasta Kraton Boko.

Cuando Raden vio a la princesa, cayó profundamente enamorado de ella y le propuso matrimonio. Ella, que no quería casarse con el asesino de su padre, dijo que aceptaría la propuesta si él era capaz de superar dos pruebas que se antojaban imposibles. La primera consistía en crear un Jalatunda, un pozo gigante formado por erupciones masivas; la segunda prueba tenía como finalidad que Raden construyera 1.000 palacios en una noche.
Raden Bandung Bondowoso aceptó el desafío y comenzó a construir el Jalatunda. Una vez terminado, se lo mostró a la princesa quien le pidió que entrara en él. Con la ayuda del gigante Patih, sepultó a Raden en el pozo y le dieron por muerto. Sin embargo Raden consiguió salir con vida y perdonó a la princesa, pues estaba enamorado de ella.

Rápidamente, Raden empezó a construir los 1.000 templos que le habían encomendado, ayudado por unas criaturitas que él mismo había invocado. La princesa Loro, al ver la rapidez con la que avanzaban las obras, llamó a sus doncellas y juntas comenzaron a pesar el arroz, actividad que se solía realizar al alba. Esta actividad hizo cantar a los gallos que ahuyentaron a las criaturas nocturnas. De esta forma, Raden Bandung Bondowoso solo consiguió construir 999 palacios, perdiendo por tanto la mano de la princesa.

Consciente del engaño de ésta, Raden la maldijo y la convirtió en la estatua de piedra de la diosa Durga, que actualmente se encuentra en el templo norte de Prambanan.