"Los mitos son las almas de nuestras acciones y nuestros amores. No podemos amar más de lo que creemos". Paul Valéry

martes, 25 de junio de 2013

EL ORIGEN DEL CALENDARIO (MITOLOGÍA EGIPCIA)

Según el sistema heliopolitano, antes de que el mundo existiera como tal, solo había un inmenso caos, el Nun, el cual encerraba un potencial de vida, el dios Atum. Este dio origen a la primera pareja divina; Su (el aire) y Tefnut (la humedad), que a su vez engendraron a Nut (la bóveda celeste) representada como una mujer desnuda y cubierta de estrellas, y a Geb (la Tierra) representado como un hombre verde que posee una oca en la cabeza.

Geb y Nut se casaron sin el consentimiento de Ra, el dios Sol, y cuenta la leyenda que la Tierra y el Cielo estaban tan juntos que era imposible que la vida floreciera. El matrimonio de estos dos dioses enfureció a Ra y ordenó a Su, el padre de ambos, que los separara. Así fue como el Aire se interpuso entre el Cielo y la Tierra, creando la atmósfera.

Sin embargo Nut estaba embarazada y al conocer la noticia, Ra prohibió a Nut dar a luz durante los 360 días que conformaban el calendario egipcio.

El dios Thot, enterado del castigo impuesto, decidió ayudar a Nut. Convenció a la Luna para que jugara a un juego con él, y el premio para el ganador sería la luz de la Luna. Gracias a la sabiduría de Thot, este consiguió la luz suficiente para crear cinco días más, los llamados días epagómenos, que no pertenecían a ningún mes.

De este modo, Nut pudo saltarse la prohibición de Ra y en esos cinco días dio a luz a sus hijos Osiris, Isis, Seth y Neftis.


Otra leyenda cuenta que siendo Ra faraón de Egipto, el dios Thot predijo que uno de los hijos de Nut destronaría a Ra. Enfurecido, el faraón prohibió a Nut dar a luz durante los 360 días del año. Fue entonces cuando Thot fue a ver al dios Jonsu (la Luna) para desafiarle a una partida de senet, consiguiendo así la luz necesaria para formar cinco días más.



El primer día, Nut dio a luz a Osiris, quien sería faraón de Egipto; el segundo día a Harmachis, inmortalizado en la Esfinge; el tercero, a Seth, el cual se convertiría en faraón tras matar a Osiris; el cuarto día nació Isis, la esposa de Osiris y el quinto, Neftis, esposa de Seth.

En cuanto a Jonsu, perdió tanta luz, que ya nunca más pudo brillar como antaño. Solo es capaz de recuperar todo su brillo unos cuantos días, y el resto del tiempo lo pasa recuperandose.

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